miércoles, 11 de marzo de 2009

CANTO ANTIGUO DE UNA ESCLAVA ETRUSCA A UN PRÍNCIPE NEGRO


Mi príncipe negro ilumina con su halo mágico mis noches.
Mi príncipe negro cobija con su sombra frondosa mi cuerpo.
Mi príncipe negro se me acerca de una manera peligrosa, amenaza con quedar en mi poder.
Mi príncipe negro se me avecina y precipita en el instante único y estremecedor en que mi piel es rozada por su voz.
Mi príncipe negro se acerca a doscientos centímetros es decir, dos millones de años luz.
Mi príncipe negro deja que su eco arcaico acaricie mi oido con antiguas romanzas
Mi príncipe negro roza con sus pestañas mi alma.
Mi príncipe negro se baña con esencias del bosque.
duerme a horas imposibles.
Sueña con parajes ignotos.
Juega con arañas.
Bebe extraños néctares que lo arrojan a visiones innombrables.
Danza bajo la mirada protectora de siva
Oficia extraños ritos de purificación .
Mece el columpio de mis sueños.
Esboza su sonrisa franca y juguetona al viento.
Llena mi vida con su ausencia.
Actua para mi.
Devela sus sueños mas íntimos a mi silencio.
Se insinua seductor.
Se ofrenda con impudor.
Aspira aromas prohibidos.
Suplica, acude a bellas trampas infantiles.
Mi príncipe negro escribe poemas a la noche y la noche lo ampara
Mi príncipe negro me seduce con sus palabras, joyas preciosas de sabio vidente.
Mi príncipe negro es custodiado por mariposas negras.
Conejitos blancos acuden a su puerta.
Palomas duermen en sus manos.
Mi príncipe negro me ordena silencio.
Me pide a gritos.
Me lacera.
Tiene miedo de mi sumisión.
Mi príncipe negro me subyuga mas allá de su poder.
Mi principe negro deja que su chaqueta cuelgue de mi brazo y que mis dedos acaricien su pelo.
Mi príncipe negro es mi esclavo y no lo sabe .

Luz América Botero

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