miércoles, 26 de agosto de 2009

CÉSAR DÁVILA ANDRADE



INVITACIÓN A LA VIDA TRIUNFANTE

Amad toda esta vida en la que Dios transita.
Esta alegría inmensa de ser hombres.
El don de hablar con amor toda palabra.
Esta certeza de morirnos una tarde.
Esta seguridad de de volver cualquier mañana.
Esta grandeza de vivir al pie de nuestra propia alma.
Amad la muerte que nos quita una madre o una amiga.


Las lágrimas de la ternura inesperada.
Amad a los que sufren un amor metafísico
y a los que aún padecen un olvido divino.
Amad a las personas que nacieron con melancolía.
A todos los que llegaron por la noche
con la mitad de una canción entre los labios
Amad a las muchachas que padecen del pecho
y a las que van descalzas al fondo de la noche.
Amad a las muchachas que sonríen
al escuchar alguna voz querida,
pero también a aquellas
que nos puedes herir sin ser heridas:
decidles que el amor puede amar el olvido.
Amad a las que siempre ausentes viven
en la delgada niebla de una fotografía
Amad a los mendigos del camino
y a los que aún no tiene su castigo.


Amad aquellos que aún no existen
y que,ansiosos , desde un lugar divino
quieren bajar a uniformarse de cautivos .
El ancho mar antiguo , constructor de triremes
Vuestro futuro peso de escultura apagada
dentro de la gran certeza del manto subterráneo
El espacio por donde vuestra alma sube y canta.
encuentra el terciopelo aéreo de la nube
y la presencia interna de Dios dentro la nada.
Amad los cataclismos en su crueldad perfecta
La primavera henchida de nidos y de espigas,
La primavera perfumada y magnífica,gozosa e inconsciente.
la mariposa blanca que recibe en sus alas
todo el profundo peso de las noches de mayo.
Los astros,las montañas,la gacela,el ángel.
la luna los arroyos el mar y los adioses.
La gloria de que el cielo sea un estado del alma.
y la delicia oculta de morir en los adioses

lunes, 10 de agosto de 2009